La Fuente del Centenario se renueva con un proyecto liderado por la Oficina Técnica Buigas para el Port Castelló, que ha apostado por devolverle su antiguo esplendor integrando innovaciones tecnológicas y artísticas. Este emblemático monumento, testigo silencioso de la historia de la ciudad, ha pasado por un periodo de desuso y deterioro, que precisó de una intervención integral que respete su legado y, a la vez, lo proyecte hacia el futuro.
Uno de los aspectos más destacados del proyecto ha sido la puesta en valor de la escultura de Juan Ripollet, pieza central de la fuente. Esta obra, reconocida por su expresividad y calidad artística, ha sido restaurada con sumo cuidado, resaltando sus detalles y garantizando que siga siendo el corazón del monumento. La intervención no solo recupera su estado original, sino que añade una nueva dimensión, integrándola armoniosamente en el conjunto modernizado.
Desde el punto de vista técnico, el proyecto se enfrentó a desafíos significativos, entre ellos la instalación de tubos de metacrilato con distintas formas de 9 metros de altura. Estos tubos, diseñados con una complejidad única, simbolizan las olas de mar y pretenden ser el telón de fondo para la escultura al mar de Ripollet. Su curvatura precisa y su integración en la estructura de la fuente han requerido un alto nivel de ingeniería y una coordinación impecable por parte de los técnicos de la OTB, logrando un resultado que cautiva por su audacia y elegancia.
La innovación se plasma también en el sistema de iluminación LED RGB instalado en la fuente. Este sistema permite programar cambios de color que transforman el monumento en un espectáculo visual adaptado a distintos momentos y eventos. La iluminación dinámica realza tanto la escultura de Ripollet como los detalles arquitectónicos del arco de la fuente, creando una experiencia sensorial que enriquece el entorno urbano y promueve la interacción del público con el patrimonio.
Otro elemento crucial es el sistema de tratamiento y control del consumo de agua. Conscientes de la necesidad de un uso sostenible del recurso, la OTB ha implementado una tecnología avanzada que optimiza el consumo sin sacrificar el impacto estético y funcional de la fuente, que puede ser controlado de forma remota. Este sistema automatizado regula el flujo y la distribución del agua, garantizando un funcionamiento eficiente y contribuyendo a la conservación medioambiental.
En síntesis, el proyecto de renovación de la Fuente del Centenario no solo recupera un icono histórico, sino que lo transforma en un espacio vivo y moderno. La combinación de la restauración de elementos patrimoniales, la incorporación de soluciones técnicas de vanguardia y la sensibilidad artística en la puesta en valor de la escultura de Juan Ripollet, confiere a este monumento un nuevo rol en la ciudad. Un legado que invita a la comunidad a redescubrir su historia y a disfrutar de un espacio público renovado, donde tradición e innovación se funden en perfecta armonía.