Así, la incorporación de partículas de dióxido de titanio con propiedades fotocatalíticas en KEIM Soldalit-ME permite aportar ventajas medioambientales – la descomposición de sustancias contaminantes del aire, como óxidos de nitrógeno – y a la vez una mejora sustancial en la limpieza de la fachada a largo plazo. Y es que la fotocatálisis es capaz de degradar esporas de microorganismos como algas y hongos, evitando así su proliferación en el paramento. El fotocatalizador no se consume en este proceso, por lo que se mantiene activo durante toda la vida útil de la pintura.

En el caso de KEIM Soldalit-Coolit, la adición de pigmentos termorreflectantes reduce notablemente el recalentamiento de los paramentos al aplicar colores intensos en fachadas. Esta propiedad es indicada sobre todo en exteriores de SATE, para disminuir el estrés térmico al que son sometidas las finas capas de revoco de acabado. En ensayos externos se ha certificado una diferencia de temperatura superior a 20º C entre una superficie pintada con pintura acrílica convencional y la pintura Soldalit-Coolit aplicando la misma tonalidad.

Y KEIM Soldalit-arte es la versión formulada sin añadir el habitual pigmento blanco de dióxido de titanio, a fin de obtener acabados más acordes con los edificios históricos. Una pintura exenta de blanco de titanio fascina por su vibrante viveza y profundidad cromática, especialmente en tonos claros.

Todas las pinturas del sistema KEIM Soldalit pueden ser aplicadas directamente tanto en soportes minerales como también en paramentos con pinturas o revocos acrílicos.

KEIM. Colores para siempre.