Casi 150 después de su invención, la empresa KEIM sigue dedicándose de forma exclusiva a la fabricación de pinturas minerales de silicato. KEIM es líder en calidad y prestigio, y es quien viene desarrollando las novedades y especializaciones basadas en la tecnología del silicato.
Los grandes hitos en la historia de la pintura mineral de silicato son:
1878: Patente de la pintura de silicato como pintura de dos componentes (KEIM Purkristalat)
1962: Primera pintura de dispersión de silicato monocomponente (KEIM Granital)
2002: Primera pintura de sol-silicato (KEIM Soldalit)
2013: Primera pintura de silicato para madera (KEIM Lignosil)
Tradicionalmente, la pintura de silicato tenía su uso principal en obras de restauración patrimonial. En los últimos años, se ha ido diversificando su aplicación también en proyectos de arquitectura moderna o en interiores, tanto de obra nueva como en reformas, sobre todo en el sector residencial.
¿Cuáles son los argumentos más convincentes a favor de la pintura de silicato?
– La enorme durabilidad que alcanzan las fachadas pintadas con KEIM gracias al proceso de petrificación (silicatización) es sin duda su baza más fuerte. También la total estabilidad de color de los pigmentos minerales empleados, que permiten que decenas de años después de la aplicación el color luzca idéntico, sin pérdida de intensidad.
– En fachadas interesa también su limpieza a largo plazo, evitando la proliferación de algas y hongos. Además, se mantiene limpia por no adquirir cargas electroestáticas, y a que ser termoplástica.
– La pintura KEIM es una alternativa sana para interiores. Está formulada sin disolventes, conservantes ni plastificantes y por tanto es una buena opción para personas sensibles como alérgicos. Y su composición mineral hace que en caso de incendio no arda, ni desprenda gases tóxicos.
Fotos: Silvia Caballero