Se valora positivamente la integración estratégica, material y formal de la pieza en el contexto urbano, así como su configuración espacial flexible y mutable gracias al catálogo de particiones móviles que permiten extender los espacios principales hacia áreas secundarias, favoreciendo un uso versátil y cambiante según las necesidades de los vecinos del pueblo. Se destaca también como estas áreas secundarias son entendidas como colchones de amortiguación térmica que, junto con la reinterpretación de estrategias climáticas presentes en la tradición local (inercia térmica, ventilación cruzada, sombreamiento, etc.) contribuyen de forma pasiva a alcanzar el confort térmico del conjunto en una región con fuertes contrastes de temperatura a lo largo del año, optimizando así sus costes de uso y mantenimiento. Constituyendo todo ello un claro ejemplo de sostenibilidad.