Para un día tan señalado, compartimos una serie de datos muy relevantes ofrecidos por el Consorcio Passivhaus y ROCKWOOL, asociados a MATCOAM.
¿Cómo contribuyen entonces las casas pasivas a fomentar la eficiencia energética?
“Está calando hondo la idea de que se puede construir de forma más eficiente y sostenible aportando al usuario mayor confort y generando entornos más saludables que protegen el planeta”, afirma Manuel Medina, presidente del Consorcio Passivhaus, asociación sin ánimo de lucro comprometida con los edificios de consumo casi nulo, pasivos y de balance neto o positivo tanto con la ciudad como con sus habitantes. Y es que, entre otras alternativas, el futuro transcurre por las casas pasivas, todo un referente en alta eficiencia energética e imprescindible a la hora de construir. La máxima del Consorcio es apostar por un producto que ofrece un radical aumento del bienestar, confort, salud y ahorro energético al usuario. El conjunto de empresas asociadas cuenta con más de 30 productos con certificado Passivhaus, estrategias empresariales acordes y un importante volumen de obra ya realizada de consumo pasivo.
La pandemia y el confinamiento han sido claves para que el usuario se diera cuenta de que a menudo en las casas hace falta luz y aire y esas son algunas de las carencias que las casas pasivas pretenden erradicar. La construcción de una vivienda que sigue los preceptos del standard Passivhaus aprovecha la energía solar durante el periodo de invierno y evita excesos en verano. Así de simple. Esto sucede porque se utilizan los recursos de la arquitectura bioclimática y de este modo se reducen los consumos de energía.
Una casa pasiva certificada reduce el consumo energético hasta un 90% frente a las construcciones tradicionales. Este movimiento de origen alemán lleva funcionando casi 30 años debido a su adaptabilidad puesto que lo único que se exige es que se demuestre su funcionalidad en la práctica sea el clima que sea.
Esta funcionalidad pasa por cumplir unos principios básicos: el aislamiento térmico, impidiendo que el calor escape en invierno y que no entre en verano, la estanqueidad sin puentes térmicos, hermeticidad en los cerramientos que no favorezcan pérdida de calor, buenos cerramientos como ventanas y puertas de calidad de hasta triple acristalamiento y ventilación mecánica con recuperación de calor, que sin necesidad de abrir ventanas climatiza y evita la entrada y salida indeseada de calor. De este modo se recupera entre el 80-90% de la energía interna del propio inmueble.
The Wave House, Cacopardo Arquitectos
De todos modos, últimamente el término “casa pasiva” se está banalizando mucho. Por este motivo es necesario seguir haciendo pedagogía puesto que no todas las construcciones pasivas tienen la certificación Passivhaus que determina la calidad de la construcción. “En España sólo quien quiere hacer bien las cosas, valora que una casa cumpla el standard y es consciente que eso tiene un coste”, afirma Enrique Cacopardo, arquitecto y miembro del Standard Passivhaus.
En España ya hay más de 158.000 metros cuadrados certificados repartidos en 150 proyectos y la previsión para los próximos dos años es alcanzar más de 387.000 metros y 307 inmuebles. Una cantidad que seguro sigue aumentando ya que un diseño exclusivo y seguir los mandatos de sostenibilidad no está reñido y es el gran objetivo del Consorcio Passivhaus que no para de ganar adeptos día a día.
Cinco cifras clave para entender el papel de la eficiencia energética en la rehabilitación
“La rehabilitación energética es un acelerador crucial para conseguir un planeta libre de emisiones, con mayor confort y menor dependencia energética, que, además, contribuye a crear empleos locales relacionados con una actividad climáticamente comprometida”, explica Albert Grau, Public Affairs Officer de ROCKWOOL Peninsular, líder fabricante de aislamiento a base de lana de roca.
Por ello, en el Día Mundial de la Eficiencia Energética, ROCKWOOL presenta las cinco cifras clave para entender el papel de los edificios en materia de eficiencia energética.
Edificio Adelfas 98, Ruiz-Larrea y Asociados
1. Inyección de 6.320 millones de euros para la rehabilitación del parque residencial español
El Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno destinará 6.320 millones de euros en políticas de rehabilitación y regeneración del parque residencial español. “Se trata de la dotación presupuestaria más grande destinada al sector de la edificación sostenible español, y se espera que movilice fondos privados adicionales que lo multipliquen casi por cinco. Dejará en cifras casi ridículas los Planes Vivienda anteriores, por lo que debemos gestionarlo de forma inteligente y coordinada”, agrega Grau. Esta inversión supone una inyección directa en torno al 10% del PIB de la construcción, “una situación sin precedentes en España”.
2. Cada millón de euros destinado a la rehabilitación crea 20 lugares de trabajo
En estos momentos, impulsar el sector de la construcción es crucial para la economía española, ya que es una actividad que requerirá de grandes cantidades de profesionales. En este sentido, el hecho de reformar casi 500.000 viviendas entre el 2021 y el 2023 supondrá la creación de más de 120.000 nuevos puestos de trabajo. “Además de los beneficios sociales y medio ambientales, también hay de actividad económica. Por cada millón destinado a la rehabilitación de inmuebles se crean aproximadamente 20 puestos de trabajo directos, con la ventaja de que son locales en su mayoría, y sin olvidar el impacto positivo en la industria local de materiales”, señala Albert Grau.
3. Ahorrar 750 euros anuales en energía en casa es posible con la aplicación de aislamiento de lana de roca
Apostar por edificios eficientes reduce significativamente el consumo energético. Una buena manera de hacerlo es a través del aislamiento de lana de roca, un material también reciclable, y que, por sus propiedades térmicas, “permite que un usuario de una vivienda media en España ahorre unos 750 euros en costes energéticos al año, respecto a años anteriores”, explica Grau. Por lo que desde ROCKWOOL apuntan que es una medida necesaria para disminuir la pobreza energética que sufren algunos hogares y, a su vez, una herramienta para ayudar a reducir las desigualdades sociales y económicas del país.
4. Un millón de euros invertidos en la rehabilitación de viviendas puede reducir los costes sanitarios hasta en 60.000 euros al año
El déficit de las administraciones públicas aumentó un 10% más en diciembre de 2020 en comparación con las cifras registradas un año antes. Por lo que, la deuda pública del año pasado equivale al 117,1% del producto interior bruto (PIB). Unas cifras que reflejan los costes surgidos a raíz de la crisis de la COVID-19. Una buena forma de reducir estos valores es a través de la rehabilitación del parque residencial. Estar en espacios saludables y en buenas condiciones -acústicas, térmicas, seguridad, etc.- tiene un impacto positivo en la salud de sus ocupantes y, por lo tanto, supone un ahorro en costes sanitarios -bajas laborales, medicinas u hospitalizaciones- de hasta 60.000 euros anuales por cada millón de euros invertidos en esta actividad.
5. Ser exigentes en la transformación de los edificios: reducir, como mínimo, al 60% la demanda energética
Ante la gran cantidad de recursos económicos que serán destinados a la rehabilitación del parque edificatorio, desde ROCKWOOL apuntan que “debemos ser ambiciosos y marcar objetivos altos, para que estas subvenciones sirvan de verdad y cambien la tendencia y el paradigma rehabilitador”. Por ello, con estas mejoras se debería reducir como mínimo el 60% del consumo energético original, a través de una rehabilitación profunda con materiales de calidad como es la lana de roca. Esto, junto con otras acciones complementarias, pero siempre con la #EnergyEfficiencyFirst en mente, permitirá descarbonizar el parque residencial y vivir en mejores condiciones.